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Morfología, estructura y planes de expansión urbanísticos

En este post vamos a estudiar en profundidad la evolución que sufrió Ámsterdam para llegar a ser lo que hoy es.
A continuación vemos la evolución que ha sufrido la ciudad de Ámsterdam en cuanto a la construcción.



En cuanto a la morfología, la construcción debe hacerse por grupos de edificios.
Para la distribución lógica y espacial del terreno tenemos un tejido denso jerarquizado por canales y los materiales utilizados eran los tabiques y la madera para la edificación.
Ámsterdam se caracteriza porque sus casas suelen ser estrechas y empinadas y la estabilidad de la casa en sí, depende de la casa colindante.
Los edificios son altos con poleas para poder meter mercancía o muebles y ponen pilotes de madera hasta el suelo.
Comenzamos hablando del plan de extensión del puerto de 1910 que fue el primer ejercicio de construcción de vivienda, Spaarndammerbuurt al oeste del puerto, se diferencia en que se diseña en base a una plaza, en lugar de una calle. Predominan los equipamientos en lugar de la mezcla de las viviendas con el comercio y lo que quieren es marcar la diferencia dentro del espacio urbano para dar significado a los lugares.















Lo característico del Spaarndammerbuurt son las manzanas.
La manzana ya no es una unidad intercambiable, ya no es un conjunto de lotes uniformes que se construían como "alcobas",sino que eventualmente lo utilizarán como comercio, originando la creación de espacios variados.
Se convierte en la  porción del territorio urbano cuya función es dar continuidad morfológica al tejido.



Una vez metidos, vamos a hablar también de las manzanas "tradicionales", se tratan de un conjunto de lotes edificados, aparte las fachadas dan hacia la calle o las plazas y están enfocados hacia jardines privados.
También destacan las manzanas "bloque" que integraba funciones diferentes ( oficina de correos, esucela...), se accede a la vivienda por el corazón de  la manzana.



La manzana "decompuesta" es grande y orientada hacia el público y está formada de dos hileras de edificios.
Tenían la idea concebida de la manzana como base de la construcción.

Uno de los planes de expansión característico que se llevó a cabo en la ciudad fue el Plan Zuid de Berlage.
Dejando de lado el centro histórico que se construyó en anillos concéntricos (plan de los tres canales), pasamos a un paisaje urbano residencial proyectado por H. P. Berlage. Contrastando con el tejido urbano tradicional pero en continuidad con el mismo, en las vistas de Amsterdam Zuid, se aprecia el rigor geométrico de los trazados viarios, también el control de las cornisas o en la composición de los huecos. Una visión renovada del espacio público que tienen como contrapunto la domesticidad de los patios interiores de manzana, de uso comunitario.


Hay que decir que, cuando Berlage proyecta el famoso Plan-Zuid, en su primera versión, fracasa. Según el Ayuntamiento, Berlage no había proyectado adecuadamente los espacios entre las calles, plazas y canales, además de no haber considerado la nueva estación Zuider. En su versión definitiva (1915), el Plan es muy diferente, mucho más geométrico y monumental que el anterior. Se puede decir que es una expresión cualificada del paradigma urbano de principios de siglo, el del “urbanismo arquitectónico” La habilidad de Berlage consiste en la reinterpretación de ese urbanismo clasicista en clave local. También en combinar modelos tradicionales con otros más actualizados. 
Al llegar al lugar en el que confluyen algunos de los ejes, en la prevista estación del sur que sólo se construye mucho más tarde, en 1980, se produce un corte importante. La ciudad de las manzanas cerradas y las calles da paso a la ciudad de los bloques y las torres. Es decir, la ciudad del “urbanismo arquitectónico” de Berlage da paso a la ciudad del “urbanismo moderno” de Cornelius Van Eesteren. Ciudad resultado del Algemeen Uitbreidngsplan (AUP)  o Plan de extensión de 1934, una parte de la ciudad tan proyectada como las anteriores, la de los ensanches modernos o la de los canales, pero ahora basada en los principios de la Carta de Atenas (1933-42). 

El Plan que proyecta Van Eesteren refleja las preocupaciones e ideas estéticas del llamado Movimiento Neoplástico o D’Stijl, con la correspondiente definición de volumetrías libres entrelazadas y la composición libre y asimétrica de sus elementos, pero también traduce las visiones funcionalistas y la definición de una zonificación estricta del crecimiento urbano. El Plan constituye el documento fundamental para la materialización urbanística del crecimiento de la ciudad hasta bien entrada la década de 1960.
Todo ésto se aplicó en el desarrollo de los nuevos fragmentos urbanos definidos por ese Plan, al Oeste y al sur de la ciudad, con el consiguiente protagonismo de las redes de infraestructuras, de la zonificación estricta, de los espacios libres o “zonas verdes”.
Destaca una discontinuidad que se produce como consecuencia de ese predominio de las nuevas infraestructuras y, también, de la disposición de “franjas verdes” para separar las unidades vecinales.

Si seguimos ahora hacia el sudeste, encontraremos uno de los iconos del urbanismo moderno correspondientes al paradigma de las “megaestructuras”, la generación de los grandes “polígonos” de la década de 1960. El Bijlmermeer (o Bijlmer) es uno de los conjuntos residenciales modernos más controvertidos, no sólo en Amsterdam, sino en el contexto de otros episodios paralelos de otras ciudades europeas. Se proyectó para 110.000 habitantes, reservando 450 hectáreas para espacios libres. 
 Bijlmer fue presentado como un barrio avanzado de la era de la motorización, con una geometría radical de formas hexagonales interconectadas, 31 bloques exentos, de 200-300 metros de longitud y 11 alturas, plantas bajas abiertas con parque público continuo. 




En este contexto, es interesante revisar la propuesta de Rem Koolhaas para Bijlmer, en 1986. 
Se valoraba la potencia de los bloques y la “belleza monótona” derivada de la gran escala y los elementos repetitivos del conjunto. El punto de partida para las propuestas de renovación era el uso informal de los espacios públicos existentes, que la oficina reconvertía en un nuevo programa para el área, acuñando el concepto de ‘Bijlmer Strip’, con referencias al Strip de Las Vegas. 

Hacia el Oeste, destaca un proyecto de Kees Christiaanse Architects and Planners (KCAP) resulta paradigmático respecto a las formas urbanas adoptadas en los años 90. Se trata de una intervención sobre los antiguos terrenos de GWL, la compañía municipal de aguas, desarrollada en 1993-1998. Como contraposición a los conjuntos anteriores, aquí se opta por densidades relativamente altas, 625 viviendas en 6 hectáreas, algo más de 100 viv./ha y con una limitación bastante radical al tráfico rodado (2 plazas de aparcamiento por 10 hab).



Podríamos dirigirnos después hacia el puerto, concretamente hacia los muelles del Este que, como ocurre en todas las ciudades portuarias, se habían quedado obsoletos y abandonados. Ahí es donde West proyectó uno de los conjuntos más reconocidos a nivel internacional. Se trata de dos penínsulas que, liberadas de los usos portuarios tradicionales, soportan 2.500 viviendas con una densidad de unas 100 viviendas por hectárea.
 
Borneo-Sporenburg es así una actuación paradigmática desarrollada en los años 1990s, el barrio más compacto de Amsterdam. Los autores, Adriaan Geuze of West 8 Landscape Architects han tratado de reconvertir el área en una especie de distrito “a la antigua”, como el barrio ‘De Jordaan’ (en la parte oeste del centro histórico de Amsterdam). El esquema de implantación se basa en viviendas de tres plantas, con patio, dispuestas en hileras de y situadas en los bordes de los muelles, permitiendo el contacto directo con el agua y creando un vacío para patios en el centro de las manzanas. Además, tres grandes piezas residenciales aisladas rompen el modelo creando alternativas tipológicas y diversidad en el conjunto. Estos bloques singulares se orientan diagonalmente para capturar vistas sobre el agua.
Ámsterdam vuelve a ser una ciudad en la que se experimentan las estrategias del más innovador urbanismo, el de la “congestión” y la vuelta a la ciudad compacta. Un escenario donde se plantean retos, pero también los de muchas ciudades que aspiran a la calidad urbana y a la habitabilidad, a la regeneración de barrios construidos en las décadas del gran crecimiento urbano de los años 50 y 60, etc. Paradojas de la combinación entre innovación y tradición.

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